Aylés como tal, no sólo es una bodega, es un territorio bien definido en el que naturaleza y vino conviven de una manera muy especial.
Un impresionante paraje repleto de contrastes atravesado por el río Huerva que dibuja espectaculares barrancos ante la inalterable presencia del monte San Pablo.
Tierras arcillosas, calizas y calcáreas dotan de esencia a este entorno de profundas cuevas y ríos subterráneos.
Actualmente practicamos una agricultura ecológica y sostenible en todos nuestro viñedos estando certificados como vino ecológico desde la añada 2020.
Sin duda, un auténtico Pago con características propias que lo diferencian y distinguen de otros del entorno y con tal riqueza faunística que la Unión Europea lo ha catalogado como Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA).